Personajes

Personajes principales:
José Antonio Álvarez Condarco: Su papa era el alcalde Álvarez de Condarco. Adhirió a la filial de la Logia Lautaro que había preparado en Tucumán José Moldes. Vivía en Buenos Aires en 1810, y apoyó con entusiasmo la la Revolución de Mayo. A fines de ese año fue comisionado junto con Antonio Álvarez Jonte para una misión diplomática en Chile, donde consiguió una alianza militar entre los revolucionarios de ambos países. De allí se trasladó a Lima, donde no existía un movimiento revolucionario análogo al del Río de la Plata y al de Chile. Fue arrestado en varias oportunidades, de modo que regresó a Córdoba.
Àlvarez Condarco

En 1812 fue reconocido como oficial de artillería; su gran conocimiento en materia de explosivos, le valió ser nombrado director de la fábrica de pólvora de Córdoba recientemente fundada, y también de cartografía.
En 1813 formó parte de la campaña del coronel Juan Gregorio de Las Heras a Chile, con la misión de dirigir el arsenal patriota. Se hizo amigo allí de Marcos Balcarce, quien envió por su intermedio importantes mensajes al general José de San Martín, gobernador de Cuyo, poco antes de la derrota de la Patria Vieja chilena en la batalla de Rancagua.
El Libertador apreció su patriotismo y decidió retenerlo a su lado: lo nombró director de polvorín y lo envió luego en misión confidencial a Buenos Aires, ante el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón. Debía establecer con éste la cantidad y tipo de artículos de guerra necesarios para la campaña de los Andes.
A fines de 1816, San Martín lo envió a Chile, con el encargo aparente de llevar cartas al gobernador realista Casimiro Marcó del Pont. Lo que San Martín quería, en realidad, era que la gran memoria visual de Álvarez Condarco retuviera los accidentes de la cordillera, para marcar luego el camino del ejército. Así cruzó por Los Patos y, ni bien llegado, Marcó del Pont lo despachó de vuelta por el paso más corto, que era el de Uspallata. Al firmarle el pasaporte, Marcó del Pont agregó un comentario ambiguo referido a San Martín, que podía ser una acusación de traición a la monarquía española, o bien una expresión de racismo


Jose de San Martín (Libertador)
Jose de San Martin: José Francisco de San Martín y Matorras  (Yapeyú,  un 25 de febrero de 1778-Boulogne-sur-Mer, 17 de agosto de 1850)  fue un militar y político, cuyas campañas revolucionarias fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y Perú. Junto con Simón Bolívar, fue reconocido libertador de América por sus importantes contribuciones a la autodeterminación de una gran parte de la América española.

En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a Cádiz (España) ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga.3 4 Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786.
General Miguel Soler

El general Miguel Estanislao Soler: (Buenos Aires, 1783-?, 1849) Militar argentino. Participó en la revolución de mayo (1810) y destacó en las batallas de Putaendo, Chacabuco y Cerrito (1813) y, tras la rendición de Montevideo (1814), fue su gobernador. En 1816-1817 fue comandante en jefe del ejército de los Andes y en 1820 gobernador y capitán general de Buenos Aires.



El general chileno Bernardo de O´Higgins: Bernardo O'Higgins Riquelme era hijo natural de Ambrosio O'Higgins, militar y administrador colonial de origen irlandés que, habiendo iniciado por entonces una brillante carrera al servicio de la Corona española, llegaría a ser nombrado gobernador de Chile (1788-1796) y virrey del Perú (1796-1801); su madre era doña Isabel Riquelme y Mesa, una bellísima joven criolla. Por conveniencias sociales, el niño recién na       cido fue llevado a Talca, donde se crió al cuidado de don Juan Albano Pereira y de su esposa, doña Bartolina de la Cruz.

General Bernardo o`Higgins
Cuando cumplió once años regresó a su ciudad natal para seguir estudios en el colegio de los religiosos franciscanos, pero no permaneció mucho tiempo en Chillán, pues su padre, que había sido nombrado gobernador de Chile el año anterior, decidió que completara su educación en un centro más selecto, como era el Convictorio de San Carlos, en Lima; el joven Bernardo prosiguió allí su formación hasta los diecisiete años.
O'Higgins durante su estancia en Londres

A esa edad, y siguiendo de nuevo las instrucciones de su padre, Bernardo O'Higgins se puso de nuevo en camino: esta vez se dirigió a Cádiz y de allí a Inglaterra, donde estudió en una academia inglesa; además de cursar materias científicas como geografía, botánica o matemáticas, aprendió francés, música, pintura y esgrima. Durante su estancia de tres años en Gran Bretaña vivió una apasionada aventura amorosa, al tiempo que crecía en él el interés por la política. En este sentido fue clave su relación con el prócer venezolano Francisco de Miranda, uno de los primeros y más influyentes ideólogos e impulsores de la emancipación de las colonias americanas, que le introdujo en la senda independentista.
Entretanto, don Ambrosio O'Higgins había sido nombrado virrey del Perú; enterado del giro ideológico de su hijo, dejó de protegerle, aunque a su muerte (1801) había resuelto legarle la mayor parte de su fortuna. En 1802, con veintitrés años, regresó a la patria, sustituyó el apellido materno por el paterno (pasando de Bernardo Riquelme a Bernardo O'Higgins), y hasta 1810 se dedicó a la hacienda que le dejó su progenitor, la cual engrandeció notablemente. Ocupó cargos públicos, como el de procurador del cabildo de Chillán, y al mismo tiempo se aplicó a la tarea de difundir el ideario emancipador.
 
Gregorio Las Heras
Juan Gregorio de Las Heras: Nació el 11 de julio de 1780 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).

Cursó estudios en el Colegio de San Carlos.

Combatió contra las invasiones inglesas y en 1813 se traslada a Chile, donde se hizo cargo de parte de las fuerzas del Ejército Libertador, en reemplazo de 
Antonio González Balcarce. CuandoRancagua fue derrotado, regresó a Mendoza.


Tras su destacada actuación en las campañas libertadoras de Chile y Perú pidió su retiro del Ejército y, en 1821, regresó a su ciudad natal, donde fue elegido gobernador por la Cámara de Representantes, sucediendo al general Martín Rodríguez. Continuó la obra de su antecesor, firmó un Tratado con Inglaterra, reconociendo la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En 1826 cedió su puesto a
Bernardino Rivadavia.
 Juan Manuel Cabot: Estudió en el Real Colegio de San Carlos en Buenos Aires, y en esa ciudad se dedicó al comercio.
Se unió a las fuerzas porteñas en la Reconquista contra la primera invasión inglesa; durante la segunda, fue oficial de artillería del Cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión. Retirado de la milicia y dedicado al comercio, participó de las conspiraciones que desembocaron en la Revolución de Mayo.

Identificado con los líderes revolucionarios Mariano Moreno y Nicolás Rodríguez Peña, en septiembre de 1810 se incorporó como teniente al regimiento de la Estrella, reclutado por Domingo French entre los simpatizantes de Moreno. Tras la derrota del partido de Moreno en abril, permaneció como instructor de reclutas del regimiento, ahora llamado Número 3 de Infantería.
En 1813 fue enviado con fuerzas de infantería a unirse a la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú. No llegó a entrar en combate, y fue enviado nuevamente a Buenos Aires.

Manuel Rodríguez Erdoiza: Manuel Xavier Rodríguez y Erdoíza (Santiago, 27 de febrero de 1785-Tiltil, 26 de mayo de 1818) fue un patriota chileno que realizó innumerables acciones en diferentes cargos para lograr la independencia de Chile, como abogado, político, guerrillero y luego militar. Es considerado uno de los principales gestores y partícipes del proceso de independencia de Chile y uno de los Padres de la Patria de Chile.
Rodriguez Erdoiza

Durante la Patria Vieja, fue ministro de Hacienda y de Defensa del gobierno de José Miguel Carrera, además de su secretario personal. Pese a que hubo varios y graves desencuentros entre Carrera y Rodríguez, siempre retomaron su amistad, camaradería y trabajo en conjunto, razón por la cual fue la persona con quien Carrera gobernó más estrechamente.
En el periodo de la Reconquista española, su labor como guerrillero, espía y principal figura de la resistencia independentista en Chile lo transformó en mito y leyenda popular.
Durante la Patria Nueva, tras la victoria independentista de Chile en la batalla de Rancagua, Rodríguez conspiró más de una vez para deponer del cargo de director supremo a Bernardo O'Higgins. Reapareció en la escena pública tras el desastre de Cancha Rayada, asumiendo brevemente como director supremo interino en Santiago, para evitar el desbande general de la causa patriota. Tras dejar su puesto, una vez que se supo que O'Higgins no había muerto, y luego de la victoria en la batalla de Maipú, fue apresado por O'Higgins. Fue custodiado por soldados, siendo asesinado de un balazo por la espalda en las cercanías de Til-tilmientras lo trasladaban a la cárcel de Quillota.

Luis Beltrán:
El apellido de su familia, de remoto origen francés, era Bertrand. Su ciudad de origen ha dado lugar a controversias: en su testamento ―dictado al ingresar a la orden franciscana a los 16 años de edad― aseguró ser «natural de la ciudad de San Juan»,1 2 pero como vivió su infancia en Mendoza, tradicionalmente se lo supuso originario de esa ciudad.
Estudió en Buenos Aires y Córdoba, y se ordenó sacerdote en 1805 en Santiago de Chile.
Se hallaba en la capital chilena ―en manos todavía de los españoles― cuando estalló la revolución independentista (1810), a la que apoyó enérgicamente. Fue capellán del director supremo del Estado, José Miguel Carrera y trabajó en la maestranza del ejército con el grado militar de teniente. Estudió química, matemática y mecánica, ciencias que llegó a dominar ampliamente.
Después de la derrota de Rancagua regresó a Mendoza, donde el general José de San Martín lo hizo jefe del parque de artillería del Ejército de los Andes. Colaboró con José Antonio Álvarez Condarco en la fábrica de pólvora y lo suplantó desde que aquel llevara a cabo una misión de espionaje en Chile.
Bajo su dirección se fabricaron todo tipo de armas, municiones, pólvora, herrajes y uniformes. A sus órdenes llegaron a trabajar hasta 700 hombres. En 1811, en Chile, creó lo que en la actualidad son las FAMAE(Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile). En 1816 abandonó los hábitos, y al año siguiente (1817) participó en la campaña a Chile. Diseñó equipos especiales para transportar cañones a lomo de mula, aparejos de su invención para subir las laderas más escarpadas, y puentes colgantes transportables para hombres y mulas.
En la campaña del Ejército Libertador, partió el 19 de enero de 1817, al mando de la maestranza y del parque que portaba los pertrechos de guerra. Ascendió por la Quebrada del Toro y se dirigió hacia Uspallata (Mendoza), a través de Paramillos de Uspallata, para reunirse con la columna principal del general Juan Gregorio de Las Heras.
Combatió en la batalla de Chacabuco y en la sorpresa de Cancha Rayada. Después de esta batalla, cuando San Martín intentaba levantar el ánimo de los militares vencidos, Beltrán los convenció de que tenía municiones de sobra. Era falso, pero en pocos días logró fabricar varias decenas de miles de municiones, con las que San Martín logró la victoria en la batalla de Maipú, que fue definitiva para la expulsión de los españoles de Chile.
Continuó el equipamiento del Ejército de los Andes, esta vez para la Campaña del Perú, en sus talleres en Valparaíso (en la costa del Pacífico). En 1821 instaló una nueva maestranza en Lima (Perú), y proveyó de armas a varias expediciones marítimas y terrestres. Cuando los españoles recuperaron el puerto de El Callao, Beltrán trasladó sus talleres a Trujillo (Perú). Permaneció en su puesto hasta 1824, cuando fue reemplazado por los oficiales de Simón Bolívar. A órdenes de Antonio José de Sucre participó de la victoria definitiva de la causa americana, la batalla de Ayacucho.
En una ocasión, en 1825, le hizo ciertas observaciones a Simón Bolívar acerca de los pertrechos y este reaccionó desaprobándolo con altanería en público. Debido a este desaire, Luis Beltrán intentó suicidarse asfixiándose, y aunque lograron salvarlo perdió la razón y estuvo enajenado por varios meses.3 Restablecido, viajó a Buenos Aires donde se incorporó a la maestranza del ejército que marchó a la Guerra del Brasil, pero pronto debió regresar a la ciudad, donde falleció el 8 de diciembre de 1827. A pesar de que llevaba once años de haber dejado de ser religioso, fue sepultado como franciscano, con el hábito de su orden.

Mariano Necochea: Mariano Necochea nació en Buenos Aires el 7 de septiembre de 1792, hijo del rico vasco navarro Casimiro Francisco Necochea y de María Mercedes S. A los diez años fue enviado a España, para completar su educación, regresando en 1810 a su ciudad natal.

Ingresó muy joven a la vida militar en abril de 1812, en el Regimiento de Granaderos a Caballo. Participó en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813, donde tuvo su bautismo de fuego. Cuando San Martín marchó a hacerse cargo del Ejército del Perú con dos de los Escuadrones de su Regimiento, lo hizo también Necochea. 

Tomó parte en los combates de El Tejar y Venta y Media, además de la batalla de Sipe-Sipe, en 1815 donde con sus granaderos protegió la retirada del Ejército de Rondeau, derrotado por Pezuela.
Mariano Necochea


Luego fue destinado a Mendoza y nombrado Jefe del 5to Escuadrón de Granaderos, escolta del Libertador. Participó del Cruce de los Andes, en el combate de Las Coimas y en la batalla de Chacabuco. Mas tarde tomó parte en la campaña del sud de Chile. 

En febrero de 1817 fue designado "Jefe del Regimiento de Cazadores de los Andes", con el cual se embarcó para el Perú en agosto de 1820. Tomó parte activa en varios combates y campañas, entre otras, el desembarco en Pisco y en la protección de la expedición llevada a cabo en la Sierra por el Brigadier Arenales.

En Julio de 1821, fue de los primeros en ocupar la ciudad de Lima.

Formó parte, junto a otros argentinos, del naciente Ejército del Perú, creado por San Martín después de la declaración de la Independencia, el 28 de julio de 1821. A fin de ese año, ascendió a Brigadier.

Después del retiro del Libertador, en septiembre de 1822, Necochea quedó en el Perú a las órdenes de Bolívar. Fue designado, entre otros cargos, como Gobernador de Lima y Comandante de la Caballería patriota, donde tuvo importante actuación en Junín. En ese combate encabezó la carga de la Caballería, el 6 de agosto de 1824. Fue herido gravemente y capturado por los realistas de Canterac, aunque pudo ser rescatado después de la carga por el Escuadrón de Húsares de Isidoro Suárez.

Volvió a Buenos Aires en el año 1826, en ocasión de la guerra con el Brasil. Fue nombrado Comandante de la Caballería y a la vez Jefe del Regimiento de Caballería "Defensores del Honor Nacional", cargo que ocupó por poco tiempo. No quiso mezclarse en las luchas políticas y regresó al Perú en 1827.

Nuevamente, en ocasión de la guerra que dicho país sostuvo con Colombia en 1829, toma las armas. Por motivos políticos se embarco para Chile, volviendo a Perú en tiempo del presidente Orbegoso, quién lo ascendió a la jerarquía de Gran Mariscal en 1834. Allí falleció, rodeado del afecto del país que consideró su segunda patria, el 5 de abril de 1849, siendo inhumado en el Panteón de los Próceres o Santuario de San Carlos, junto a otros renombrados prohombres del Perú.

La vida de Necochea fue múltiple y fructífera: soldado por vocación, valiente y de actuación descollante, ocupó también cargos de gobierno y administrativos. Fue hombre de consejo y prócer de la independencia de Argentina, Chile y el Perú.

Su nombre está asociado a la extensa lista de jinetes que más contribuyeron a la emancipación de muchos países hispanoamericanos. Sus hazañas constituyen el paradigma en el cuál deben mirarse los cuadros y soldados del Arma de Caballería, su figura gallarda y valiente de jinete osado y generoso con el vencido, aunque temible en la lucha ecuestre como lo fue demostrando en combates y batallas por nuestra Independencia y la de los países hermanos de Chile y Perú.

José Matías Zapiola:

José Matías fue hijo de Manuel Joaquín de Zapiola, un oficial de marina español que acompañó la expedición de Pedro de Ceballos al Río de la Plata, y de María Encarnación de Lezica y Alquiza.
Fue enviado a España para instruirse en la marina española; egresó de la Escuela Naval en 1796 y le asignaron tareas navales. Hacia 1805 lo destinaron a la guarnición naval de Montevideo, y de allí pasó a Buenos Aires, donde luchó en 1807 en la defensa contra las invasiones inglesas.
Josè Zapiola
En 1810 era jefe del Puerto de Buenos Aires; apoyó la Revolución de Mayo y fue dado de baja de la Armada Española. De regreso en Montevideo, fue arrestado y enviado de regreso a España. Al llegar a Cádiz se unió a la logia de esa ciudad y acompañó a José de San Martín y Carlos María de Alvear a Londres. De allí regresó a Buenos Aires en 1812 en la fragata "George Canning", junto con San Martín y Alvear.

Cuando llegaron, en 1812, Zapiola se presentó de inmediato, junto con ellos, ante el Primer Triunvirato. También colaboró para establecer la Logia Lautaro, de la cual fue el primer secretario. Ayudó a San Martín a formar el Regimiento de Granaderos a Caballo, y fue el jefe del primer batallón de esta unidad.
En 1814 pasó al sitio de Montevideo, a órdenes de Alvear, y participó en la última etapa de este, hasta la caída de la ciudad. Tras esto, quedó como segundo jefe de la guarnición en esa ciudad; al año siguiente hizo, con Manuel Dorrego, una campaña contra Artigas. No llegó a tiempo a salvar a Dorrego de la derrota de Guayabos, que significó la pérdida de la Banda Oriental para el Directorio.
Quedó al mando del Regimiento de Granaderos y lo llevó a Mendoza, con lo cual reforzó el Ejército de los Andes. Cruzó la cordillera con San Martín, y peleó en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú. En esta última batalla tuvo una actuación descollante, dirigiendo la mitad de la caballería patriota. Fue el comandante de la primera fase de la Segunda campaña al sur de Chile, después de Marcos Balcarce, y tomó la ciudad deChillán por asalto. Fue ascendido a general.
En junio de 1819 regresó a Buenos Aires y se reincorporó a la marina. Después de la muerte de su anterior jefe, Ángel Hubac, fue el comandante de la escuadra fluvial de Buenos Aires, y participó de la guerra contraSanta Fe y Entre Ríos, en los años 1820 y 1821.
Pidió y obtuvo la baja de la marina en 1822, y se convirtió en estanciero gracias a la enfiteusis ideada por el ministro Bernardino Rivadavia. Organizó la flota que serviría en la guerra contra el Brasil, pero no llegó a embarcarse; le pasó el mando a Guillermo Brown.
Después de la revolución de Juan Lavalle en 1828, fue jefe del Departamento de Marina, pero en 1829, al final de su gobierno, se retiró de la vida pública para dedicarse a las actividades rurales; permaneció en esta situación hasta después de la caída de Rosas en Caseros en 1852. Ese año regresó al servicio activo como comandante de marina y fue ministro de Guerra y de Marina en el gabinete del gobernador Valentín Alsina de Buenos Aires. No intentó resistir el bloqueo impuesto por Justo José de Urquiza a la ciudad a principios de 1853, que finalmente terminó con una victoria, resultado de un soborno masivo.


Permaneció en distintos cargos públicos hasta la derrota de Cepeda y la renuncia de Alsina, y se retiró definitivamente en 1859. Bartolomé Mitre lo entrevistó muchas veces para lograr datos de primera mano respecto de la historia de la campaña de Chile y de la vida de San Martín. En especial — gracias a haber alcanzado una edad avanzada — fue el único testigo que dejó datos precisos sobre la Logia Lautaro, sus miembros y sus intenciones.

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